
Con mucha paciencia y trabajo, la señora Stringfellow, que fue la que le puso un nombre tan acertado como Faith (Fé), a la perra, consiguió en un principio que se mantuviese sentada, más tarde que hiciese pequeños recorridos dando saltos y al final, que caminase sobre dos patas con la misma destreza con la que caminamos nosotros.

Ahora Faith es una perra famosa que ha salido en numerosos programas de televisión y en muchos artículos de prensa e incluso su dueña escribió un libro contando la historia de la perra titulado “With a little faith”. Y es que los perros no entienden de autocompasión ni de malas suertes y lucharán siempre hasta la extenuación. Tan solo, en casos como los de Faith, necesitan una mano amiga que les de ese pequeño empujón hacia sus primeros pasos.